Todos conocen ese primer día en el gimnasio:
Ropa nueva, motivación fresca, una cabeza llena de objetivos.
Las primeras pocas sesiones de entrenamiento te sientes invencible. Todo es nuevo. Todo es emocionante.
Pero entonces llega el verdadero desafío:
Perseverar.
Porque después de unas semanas sientes el bajón:
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Los pesos parecen más pesados.
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Tu dolor muscular se vuelve más normal.
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La motivación que antes te daba alas, comienza a desvanecerse.
Y aquí es donde la mayoría comete un error:
Piensan que entonces "no está destinado para ellos."
Que "no están hechos para este estilo de vida."
Equivocado.
Este es precisamente el momento en que se construye tu carácter.
Cada entrenamiento que haces sin motivación,
Cada repetición que haces cuando nadie está mirando,
Cada vez que decides presentarte, aunque preferirías estar en casa en el sofá —
Esas cosas te hacen más fuerte que cualquier PR que logres en el gimnasio.
El entrenamiento no es un pasatiempo.
El entrenamiento es una inversión.
En ti mismo. En tu futuro. En la persona que estás llegando a ser.
Empezar es divertido.
Pero perseverar es lo que te hace invencible.
Sigue construyendo. Sigue luchando.
💥 Nunca rendirse. Siempre reaparecer.